Quienes conformamos esta página somos un grupo de personas que buscamos y anhelamos el ser llenos de la plenitud de Espíritu de Yahoshúa El Ungido; a fin de ser semejantes a El y así tener acceso a nuestro Padre Celestial, Yahwéh.
Respetamos la más absoluta libertad religiosa y de conciencia, no apoyamos las distintas iniciativas y proyectos de regulación o restricción por parte de ningún Estado, organismos internacionales o religiones mayoritarias a este don que el Padre nos ha dado a todos, a saber, el libre albedrío. Pues no se puede legislar civil o religiosamente, o “usar” el Poder Legislativo o cualquier institución estatal de un país libre y soberano por parte de alguna religión para imponer violenta o sutilmente una ley que obligue al ser humano a “aceptar” una creencia que va en contra de su conciencia, y predicar y el hacer prosélitos conforme a dicha libertad.
Cada persona elige que es lo más conveniente para si a fin de ser feliz, dichoso, pleno. Es su derecho inalienable y el poder manifestarlo libremente, aunque su creencia sea distinta o se la crea “ofensiva” según mi criterio. Solo la correcta madurez espiritual, influenciada por el Espíritu del Ungido Yahshúa, puede entender y aceptar al otro que piensa distinto. Puede haber unidad en la diversidad, pero no a expensas de cercenar o callar al que cree lo que es una verdad bíblica e histórica.
Por respeto a este don (el libre albedrío), elegimos seguir a nuestro Amado Maestro conforme a sus enseñanzas, aceptando su ejemplo magnificado en su sacrificio por amor a su Padre Yahwéh y a cada uno de nosotros en el madero. Por esta razón, cada uno de nosotros estudiamos la Escritura de manera libre, autónoma, sin que “alguien” o “grupo” de teólogos o líderes nos digan que creer o que no. Somos bereanos (Hechos 17: 11), tenemos espíritu protestante.